Afirmas la existencia de algo desconocido, e intuyes que el conocimiento no se basa en la creación de una hipótesis; renglones más allá se decide dejar las suposiciones a su suerte. Hombre talentoso donde los haya, abusa de sus capacidades para que, de una manera desmesurada argumente nada menos y nada más el cómo el cuándo y el porqué e incluso el hasta dónde del universo, todo ello en un relato jovial para Narrando Contracorriente. Sacas la conclusión de que posiblemente Dios creara el Universo sí, pero a mí me da que no se acuerda de nada. Entonces deduces que creó a un tal Daniel Orviz y no precisamente de barro; un ser supuestamente inteligente, para que comprendiera como funcionaba y luego contarle el meollo del asunto.
G.B
Nací en Sotrondio (Asturias), allá por 1976 y llevo escribiendo, con mis altibajos, así como toda la vida. O desde antes. Como todo el mundo en esta tesitura, he pasado por la fase de mandar a concursos como un desesperado consiguiendo con ello varias menciones, un par de publicaciones en catálogos y muchos silencios. Acabé dejándolo por la imposibilidad de conseguir un padrino literario competente, ya que los culos me saben muy mal. Pero sigo escribiendo y sigo siendo feliz con ello. Y con otras muchas cosas.
También escribo poesía y ahí la cosa me va un poco mejor, pero eso, como dijo no sé quién, es otra historia que deberá ser contada en otro momento.
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