Ella sabe que el ser humano es un ser social. A mí, particularmente, me gustan mucho los relatos de Inma Luna cuando somete a sus personajes a las inclemencias del tiempo. En Narrando Contracorriente contamos con un texto donde la autora describe el ecosistema más extremo que un individuo pueda soportar. El juego de la seducción trae consigo el resultado de la ausencia. Un terreno pedregoso que por la falta casi total de lluvias, carece de vegetación. El clima se torna extremo. Nos dibuja entonces, un extenso desierto pero que en él, al otro lado de cualquiera de sus dunas, cuando menos te los esperas, ves un cartel, escrito en múltiples idiomas, con el epígrafe: PLACER, a pocos metros. Sí, allí hay un oasis; con su palmera, su verde y su charquito de agua.
G.B
Inma Luna (Madrid, 1966) ha publicado, en poesía: El círculo de Newton (Baile del Sol, Tenerife, 2007), De ronda en ronda, antología itinerante de poetas españoles en México (Ediciones del Ermitaño –México- y Baile del Sol –Tenerife-, 2007), junto a Uberto Stabile y Antonio Orihuela, Nada para cenar (LFC Ediciones, 2005).
Ha participado, entre otras, en las antologías La manera de recogerse el pelo, generación bloguer (Bartleby Editores, 2010), 23 pandoras, poesía alternativa española (Baile del Sol, Tenerife, 2009), Os dias do Amor. Um poema para cada dia do ano (Editora: Ministério dos Livros. Portugal, 2009), Voces del extremo (Fundación Juan Ramón Jiménez, 2005 y 2009).
En narrativa: Las mujeres no tienen que machacar con ajos su corazón en el mortero. Ha participado con relatos, entre otros, en los libros: Mujeres cuentistas (Baile del Sol, Tenerife, 2009) El Cuentacuentos, antología de cuentistas españoles (Nonsoloparole Edizioni, Milán), Cuentos desterrados, (Patrañas Ediciones), Qué mala suerte tengo con los hombres (Editorial Catriel).
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